Experiencias

Aprovechando la ultima semana de Agosto, el buen tiempo y las ganas que tengo siempre de viajar el miércoles pasado emprendimos la marcha hacia la aventura. Rumbo a Castilla la Mancha, eso si, pasando la primera noche en la preciosa cuidad de Córdoba para viajar en el tiempo hacia la época Romana y contemplar todas las maravillas de este lugar.

No soy muy religiosa ni fan de ninguna religión en concreto. Pero no podía irme sin pasar por la mezquita. Cuando entre me di cuenta que era algo mas que un templo, que una iglesia, que un lugar bendito. Era historia de nuestro país construida en los años 780. Cada cultura que paso por allí dejo su granito de arena, romanos, árabes, cristianos. Se podía apreciar el gran trabajo que significo construir este sitio, muchos como esclavos pero todos como artistas. 

Después de esos dos días de poco dormir, poco comer pero mucho anda y explorar nos pusimos de nuevo en camino, esta vez a un sito mas relajado. El viaje fue largo, pero no nos importo en absoluto, nos turnamos las horas de conducir. Una vez que llegamos sentimos la brisa del aire puro.. no la contaminación de la cuidad a la que llamamos "aire". Nos conseguimos relajar al instante y aprovechamos el poco tiempo que estuvimos en las Lagunas de Ruidera al máximo. Aunque el agua esta bastante fría no nos prohibió un bañito. Todo era naturaleza pura. El paisaje, los pájaros volando, gente en canoas, algunas familias de barabacoa, el olor vegetación y el sonido de las cascadas... 

Pensaba que el viaje era increíble, un poco de todo. Pero no era hora de volver a casa, a la rutina, al día a día. Decidimos acabar el viaje en Cazalla de la Sierra, pasar allí el ultimo fin de semana de este caluroso mes. Emprendimos el camino de vuelta por la A-4 cuando estaba cayendo el sol. Por la altura de Córdoba ya estábamos agotados de la carretera y sin pensarlo dos veces pasamos la noche en esta cuidad que tanto me gusto. Tempranito pero sin madrugar desayunamos y antes de la hora de comer ya estamos en Sevilla. Cogimos las llaves de la casa de Pablo en Cazalla, y en poco mas de una hora ya estábamos en la Sierra Sevillana. Nada como volver a dormir en una cama después de estar días sin descansar. Allí las horas se nos pasaban volando y cuando menos no lo esperamos BAM! ya era domingo. 

Vuelta a la realidad.